1900-1930, UNA ETAPA DE CAMBIOS Y TRANSFORMACIÓN

El nuevo siglo vino acompañado de una época convulsa, con notables cambios en el mundo, en España y también en Carretillas TR. En Europa, estallaba en 1914 la Primera Guerra Mundial, un conflicto en que nuestro país se posicionó neutral, pero que devastó al Viejo Continente con la confrontación entre el bando encabezado por Alemania, con los ejércitos de los países del Reino Unido, Francia y el imperio ruso. 

Un año antes de finalizar la guerra, en 1917, fallecía nuestro fundador, y el negocio fue heredado por su hijo Vicente Ribas Creus, que dio un nuevo impulso a la empresa, que pasó a denominarse “Vicente Ribas”. Ese mismo año, la compañía de Ferrocarriles MZA inauguró la estación de Barcelona-Morrot, situada junto al puerto de la ciudad condal dotándola con los últimos adelantos técnicos. Ribas Creus, con las ideas muy claras sobre el camino que debía emprender la empresa, aprovechó la nueva infraestructura, para comprar una grúa con caldero, que permitiera trasladar el carbón del puerto a las diferentes locomotoras y vagones de la estación.

Por su parte, España, gracias a su posición durante el conflicto bélico, pudo  establecer relaciones comerciales con todo el mundo, vendiendo productos relacionados con la industria armamentística. Esta teórica prosperidad, también contó con la otra cara de la moneda, ya que supuso un notable incremento de la inflación, debido a que, al no tratar con productos derivados de materias primas y tener que exportarlos a precios muy elevados, provocó un significativo aumento del precio del pan, la sal, el café o el tabaco.

Más allá de las consecuencias de la guerra para la industria española, años más tarde, la iniciativa del propietario de nuestra empresa, lo llevó a emprender nuevos proyectos, como la creación en 1924, de la empresa “Coma y Ribas”, especializada en la carga y descarga de buques, para facilitar el transporte y colocación de sus mercancías en diferentes puntos del puerto. Durante esta época, se produjeron cambios significativos en el mundo, como el que supuso la entrega del primer premio Nobel a una mujer, Marie Curie. Además, se materializan destacados avances científicos y tecnológicos, que nos cambiarían la vida por completo. Este es el caso del descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928, que hizo posible la introducción de los antibióticos, o la aparición en el mercado del primer aparato televisivo. 

A la misma velocidad que se producían cambios, Vicente Ribas iba adquiriendo nueva maquinaria, cada vez más sofisticada y adecuada para la realización de diferentes trabajos. En 1925, decide invertir  en una grúa puente que sitúa en la estación de Morrot de Barcelona, si bien no fue hasta el año 40 que se empezó a operar, en sustitución de la antigua que realizaba las operaciones con caldero. También compró las primeras carretillas eléctricas Fenwick, que revolucionaron la industria logística, al ser totalmente seguras y disponer de un motor de alto rendimiento y mínimo consumo. Con el paso de los años, estas carretillas se convirtieron en imprescindibles para distintos sectores industriales y, la compañía, llegó a reunir cerca de un centenar de ellas en nuestro almacén.  

Tras la finalización de la guerra, en Estados Unidos surgió un periodo denominado como los “Felices años 20”, basado en el crecimiento económico y la expansión del capitalismo, que abrió las puertas a una etapa de crecimiento de la economía mundial. Mientras, en España, tras un conjunto de conflictos y la crisis propiciada tras la Primera Guerra Mundial, se produjo en 1923 un golpe de estado, encabezado por el General Miguel Primo de Rivera. Eran tiempos difíciles, pero Vicente Ribas estaba al mando de dos empresas, contaba casi un centenar de trabajadores a su cargo y disponía de maquinaria preparada para seguir prosperando hacia el futuro.